“Somos Desear” es el rótulo que lleva la campaña con la que mujeres con discapacidad buscan derribar estigmatizaciones sociales que le son asignadas. En diálogo con Buen Santa Fe, Gabriela Bruno, que impulsa tal iniciativa, puntualizó en los aspectos más destacados por los cuales reciben tales estigmas. Además, se mostró feliz por los avances experimentados en el último tiempo, pero adelantó que aún resta mucho por concretar.
“Tuvo muy buena repercusión, impacto y buena llegada. Las mujeres con discapacidad de todo el país estamos muy felices. Nos convocaron el año pasado para trabajar específicamente sobre los derechos de las mujeres con discapacidad. En cada taller, se repetían situaciones que le pasaban a todas las mujeres: relación a comentarios que nos infantilizan, que nos sobreprotegen, que nos pone en lugar de subalternidad. Decidimos salir a contarles a la sociedad que tenemos derechos a maternar, a tener pareja, a no tener hijos y a decidir cuántos hijos queremos tener. Pero, sobre todo, a tener información”, comenzó diciendo Gaby Bruno.
Sobre los derechos que se pretenden conquistar, puntualizó en que “necesitamos que la información esté de manera digital o braile, en lenguaje de señas. Es por eso que arrancamos la campaña el 25 de noviembre porque consideramos que todas estas omisiones tienen que ver con violencia que sufrimos las mujeres con discapacidad: no nos callamos más. Uno va trabajando por el acceso a derechos: a medida que conquistamos uno, vamos por otro. Es un derecho al proyecto de vida independiente. Muchas veces, esta independencia requiere de un sistema de apoyos: puede ser una silla de ruedas, un intérprete del lenguaje de señas, una persona que asista a tareas concretas pero que no suple la voluntad. También, bregamos por el derecho a la voluntad. La idea es visibilizar todo esto para ir transformándolo”.
Finalmente, sobre la consulta acerca de los cambios logrados en el último tiempo, Bruno dijo: “puedo hablar en primera persona de los cambios que nos hemos encontrado. Los celebramos. Hace treinta años era impensado hablar de esto. Gracias al movimiento de mujeres, hemos conseguido avances. Esto tiene que ver con puertas que han abierto otros colectivos que han bregado por sus derechos. La idea es trabajar de manera conjunta. El tema de la sensibilidad sigue siendo un tema pendiente. Es arduo. Lo más visible es lo urbanístico y arquitectónico, pero tenemos que ir por lo comunicacional y lo actitudinal. Hay que seguir transformando. La discapacidad, una de las cuestiones que requiere, es tiempo”.
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