La inseguridad no ha hecho cuarentena en Colastiné Norte. Día a día, numerosos hechos delictivos se suceden sin que los vecinos logren obtener una respuesta de parte de las autoridades de seguridad. Entraderas, robos y arrebatos se convierten en moneda corriente: hasta el móvil de Buen Santa Fe se vio amedrentado y logró comprobar la ausencia de protección.
“Es residencial para pagar impuestos, nada más. Después no tiene nada de residencial. Los hechos de inseguridad recrudecieron en estas últimas semanas” dice un vecino mientras describe que, de fondo, se oyeron disparos que obligaron a los transeúntes a encerrarse en sus respectivos domicilios.
Pero el lamento principal de los vecinos, aún mayor que los hechos sufridos, es la ausencia de autoridades de seguridad. “Estamos absolutamente desprotegidos por el estado en todos sus estamentos. No se ve nunca un funcionario dando vueltas. Lo de la inseguridad es más de lo mismo: teníamos la esperanza de que el cambio de gobierno podía llegar a mejorar las cosas, pero ni eso. Son lamentables, toda la fuerza de seguridad en su conjunto: desde las políticas hasta los ejecutores. Lamentablemente, es invivible”, dijo el mismo vecino.
El propio móvil de Buen Santa Fe se encargó de llamar a un móvil policial ante el hostigamiento, el cuál no llegó. “No hay forma de vivir así. No tenemos seguridad de ninguna manera. Tenemos policía táctica, especial, hay varios móviles y no vino ninguno”, relató otra vecina.
“Puede ser afuera, adentro: no hay horario ni formas. Hace una semana cambiaron al subcomisario, que era uno de los pocos que venía haciendo algo por la inseguridad. Tampoco podemos confiar en la policía”, cerró.
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