Una película de terror. Eso es lo que se vivió este lunes por la noche en la cancha de Colón. El resultado pasa a un segundo plano, aunque fue el detonante de los incidentes. El Sabalero perdía 1 a 0 ante Mitre de Santiago del Estero (gol de Díaz en el segundo tiempo) y la gente explotó. Algunos comenzaron a insultar a los jugadores y a la Comisión Directiva y otros, los más revoltosos, destrozaron el alambrado del sector norte y comenzaron a arrojar proyectiles al terreno de juego.
El árbitro Viola esperó algunos minutos y decidió suspender el encuentro. Pero la historia no terminó allí. Pasado un tiempo prudencial de la determinación, los jugadores intentaron retirarse, pero no pudieron hacerlo. Una lluvia de proyectiles los acompañaba y ponía en riesgo la integridad de los mismos.
Hubo discusiones entre jugadores y el técnico (Gigliotti-Yllana); entre jugadores y los encargados de la seguridad (Marcos Díaz-Fernando Peverengo). Se escucharon disparos de bala de gomas en el intento de disuadir para que los hinchas se retiren de la tribuna y los profesionales puedan salir hacia vestuarios. Lo hicieron de a poco, "en tanda", protegidos de los escudos policiales.
Así se cerró otro capítulo negro en una cancha de fútbol en Santa Fe. Esta vez en el Brigadier López. Perdía Colón 1 a 0 y faltaban 11 minutos para el final. Eso ahora está en manos del Tribunal de Penas.
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