El Ministerio de Justicia y Seguridad de la provincia de Santa Fe confirmó este martes que el clásico entre Colón y Unión, por las semifinales de la Copa Santa Fe 2025, se jugará sin público.
El encuentro será el próximo sábado a las 15 en el estadio Brigadier Estanislao López, pero sin la presencia de hinchas de ninguno de los dos equipos.
El director provincial de Seguridad en Eventos Masivos, Fernando Peverengo, explicó en conferencia de prensa que la intención del gobierno era disputar el partido con las dos parcialidades. Sin embargo, Colón rechazó la propuesta de recibir público visitante.
“El espíritu era jugar con ambas hinchadas, pero Colón no aceptó. Entendíamos que estaban dadas las condiciones de seguridad para que se juegue con público de los dos equipos”, afirmó Peverengo.
Decisión basada en el reglamento
Según establece el reglamento del torneo, las semifinales deben disputarse en el estadio del equipo que milita en la categoría más baja dentro del fútbol argentino. En este caso, Colón, actualmente en la Primera Nacional, es el local.
Peverengo detalló que la negativa de Colón a recibir a la hinchada rival terminó definiendo la decisión de disputar el encuentro a puertas cerradas: “Al no querer recibir hinchas visitantes, se resolvió que el partido se juegue sin público para garantizar la igualdad de condiciones”.
Además, lamentó la falta de acuerdo entre las dirigencias: “No podemos concebir que los dirigentes no se pongan de acuerdo. Nosotros estábamos convencidos de que este partido debía jugarse con público visitante”.
Desde la Federación también apuntaron a Colón
En la misma línea, el secretario de la Federación Santafesina de Fútbol, Tristán Corazza, confirmó que Colón no brindó mayores explicaciones pero que desde el principio manifestó su postura de jugar sin hinchas visitantes. “Unión siempre estuvo dispuesto a jugar con las dos hinchadas. A ellos no hay que decirles nada, siempre acompañaron”, sostuvo Corazza.
Tanto desde la Provincia como desde la organización del torneo expresaron su malestar por la decisión y coincidieron en que representa un retroceso respecto al espíritu de la Copa Santa Fe, un certamen pensado para fomentar el fútbol con presencia de ambos públicos y el acompañamiento de las comunidades deportivas de toda la provincia.
“Es un sinsabor. El estadio estaba en condiciones, la accesibilidad era adecuada y no había objeciones reales. Queríamos asumir ese desafío y no se dio. Vamos a seguir defendiendo el doble público en este tipo de partidos”, concluyó Peverengo.
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