La violencia volvió a empañar el deporte este domingo por la mañana en la Liga Santafesina. Un evento que prometía ser una jornada llena de fútbol y emoción, terminó en caos y desilusión. El clásico de la categoría senior entre Colón y Unión, disputado en la cancha auxiliar Rafael Batres, fue suspendido después de que un jugador del Tatengue agrediera físicamente al árbitro del partido. Esta situación no solo manchó la jornada, sino que también dejó una profunda reflexión sobre el estado actual del fútbol en categorías menores.
Desde el comienzo, el partido prometía ser un clásico emocionante. Colón se puso en ventaja a los 20 minutos con un gol de penal convertido por Ariel Gorosito. La primera mitad del encuentro se desarrollaba con normalidad, con ambos equipos mostrando un juego intenso pero deportivo. Sin embargo, todo cambió a los 34 minutos.
El punto de inflexión llegó cuando un jugador de Unión, Sergio Aguirre, reaccionó violentamente tras ser sancionado por una infracción. Aguirre insultó al árbitro, quien decidió expulsarlo por exceso verbal. La situación se tornó crítica cuando Aguirre, en un arrebato de ira, agredió físicamente al juez del encuentro. Este "manotazo" desató una gresca que involucró a jugadores y cuerpo técnico de ambos equipos.
Tras la agresión, el árbitro no tuvo otra opción que suspender el partido. La decisión fue inmediata y contundente: el clásico se dio por finalizado y la victoria fue otorgada a Colón, que ganaba 1-0 en ese momento.
Con la suspensión del partido y la decisión de otorgar la victoria a Colón, el equipo dirigido por el profe Della Croce sumó tres puntos vitales. Este triunfo coloca a Colón con 25 unidades, manteniéndose como escolta de San Lorenzo, que lidera la Zona B del Torneo Apertura de la Liga Santafesina con 27 puntos tras su victoria 2-1 sobre Gimnasia y Esgrima.
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