En el hogar de Azul Castelló siempre se respiró música. Sin embargo, apenas terminó la secundaria, se inscribió en una carrera universitaria: “Abogacía fue la elegida porque me gustaba. Llegué a meter seis o siete materias, en poco tiempo. De todos modos, un día llegué a casa y me senté en la habitación, preguntándome: Realmente, ¿voy a dedicarme a esto? No. Entonces, ¿para qué seguir? Mejor, me dedico a la música”, recuerda.
A cinco años de la decisión, la ascendente cantante de cumbia santafesina siente que hizo lo correcto. “Soy una amante de la música. No me veo en otra cosa que no sea cantar”, afirma con una sonrisa.
Es que “Azu”, como la apodan sus amistades, desde que se levanta y hasta que reclina su cabeza en la almohada, destina gran parte de la jornada a la actividad musical. Porque no concibe la vida sin canciones ni melodías.
“Estoy dedicada 100 por ciento a la música. Estudio canto, compongo canciones y me involucro en todos los detalles de mi banda”, confiesa la emprendedora que se ocupa de su TikTok e Instagram, en los que suma más de 120 mil seguidores genuinos.
Aunque siempre se apoyó en los consejos de su padre, Marcos Castelló, (cantante, músico, político y líder vocal de la banda Kaniche), fue edificando su carrera en base a su talento y lo que dicta su corazón. “Mi papá nunca me obligó a ser cantante. Me dediqué por propia iniciativa”, confiesa.
Como muchas niñas, comenzó a cantar a los 7 años. “Fue delante de mi mamá, Flavia”, apunta y continuó en el estudio de grabación, que su progenitor montó en la casa. “Hija, acompañame con esta canción”, solía pedirle Marcos, periódicamente.
Según sus anotaciones, subió por primera vez a un escenario a los 11 años, de la mano de su padre, mientras daba un concierto en el Centro Cultural ATE Casa España. “Ese día canté una canción de la cantautora chilena Miriam Hernández. Apenas bajé del escenario, me di cuenta que la música era mi destino”, recuerda destacando que para su debut profesional esperó hasta cumplir la mayoría de edad.
"Tener a mi papá en el mismo ambiente, me ha ayudado un montón. Por él, se me han abierto puertas, que tal vez me hubiesen costado más. Cada ayuda de mi padre es bien recibida”, sostiene Azul.
Es fan de Ricardo Montaner, Cristian Castro y Selena. Justamente, esta última, conocida como la reina del tex-mex, es “mi máxima fan, al igual que mi padre”.
Como toda artista novel, Castelló tiene sueños y anhelos: hacer conciertos en el teatro Gran Rex y en el Luna Park. “Mi sueño más grande es poder vivir de lo que amo. Porque mi padre siempre me dice: el que ama de lo que trabaja, deja de trabajar. Llega un momento que deja de trabajar”, concluye.
Trabajo solidario
Desde que tiene uso de razón, Azul es una activa colaboradora de refugios que acogen a animales sin hogar, perdidos o abandonados. “Los animales tienen un lugar muy importante en mi vida. Soy una amante de los animales en general. Vivo en un departamento y eso hace que tenga un enano, siempre lo digo”, puntualiza la propietaria de Kun, un bulldog francés.
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