La reciente flexibilización de las importaciones anunciada por el gobierno nacional genera incertidumbre en las pequeñas y medianas empresas de Santa Fe. Entre las medidas destacan la ampliación del límite de compras al exterior de 1.000 a 3.000 dólares por envío y la exención de aranceles para los primeros 400 dólares en bienes de uso personal, gravados únicamente con IVA.
Para Sergio Peretti, propietario de SLP, una fábrica de bicicletas ubicada en Susana, estas disposiciones afectan directamente a la industria local. “Nosotros producimos 850 bicicletas diarias con 180 empleados, pero la baja de aranceles de las bicicletas armadas del 35% al 20%, sin modificar los insumos importados, complica la competencia. La diferencia de precio entre la importada y la nacional será de un 10 a 15%, perjudicando la industria local”, explicó.
Peretti señaló que, aunque sería más rentable importar bicicletas armadas y reducir personal, el compromiso de la empresa es mantener las fuentes de trabajo. “Nuestra lucha es por los empleos; no queremos abandonar a nuestra gente”, afirmó.
El impacto en otros sectores
El gerente de la Cámara de la Industria del Calzado de Santa Fe, Alberto Serra, también expresó su preocupación. “La apertura de importaciones se suma a un consumo en baja, generando una competencia desleal con productos de costos mucho más bajos. Esto impactará en las industrias locales y sus trabajadores”, señaló.
La flexibilización de importaciones y la reducción de aranceles generan un escenario complejo para las pymes santafesinas, que enfrentan desafíos crecientes para competir con productos extranjeros y mantener sus estructuras productivas.
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