Una infancia llena de abusos y carencias, la llevaron a ejercer la prostitución durante 18 años, en lugares privados y en la calle.
Logró despegarse del submundo de la violencia, la esclavitud sexual y las drogas con el apoyo incondicional de sus hijos, y junto a otras víctimas creó una asociación de ayuda llamada “Mujeres por los Derechos”. Hoy dedica su tiempo a acompañar a quienes estan en condición de vulnerabilidad. Organizan colectas de abrigo, brindan talleres de formación laboral y educación sexual y ofrecen contención a quien lo necesite.
Todas las noches recorre las calles de Santa Fe para hablar con niñas, adolescentes y mujeres que se ganan la vida de esa manera, las asiste con preservativos y en algunos casos les entrega comida . También visita escuelas para hacer tareas de prevención a través de las charlas con estudiantes.
“La prostitución no es un trabajo” sostiene Elena, "los riesgos son enormes, la salud se deteriora día a día, la inseguridad las castiga en cada paso que dan, todas las noches ponen en juego la libertad y la vida". Aclara que el fiolo o proxeneta NO es un empresario, es un explotador, sojuzgador y criminal.
Ella es activista y defensora del abolicionismo para terminar con esta brutal forma de ejercer la violencia.
En 2013 publicó su primer libro autobiográfico “Yo elijo contar mi historia” y en 2019 presentó el segundo “Después la libertad”. UNL reconoció su lucha contra el trafico de personas. Su vida fue plasmada en una obra de teatro llamada “ELENA” y también es protagonista de una historieta presentada recientemente para ser trabajada en escuelas y en la comunidad en general.
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