Un grupo de docentes de la ciudad de Santa Fe volvieron a hacer pública una carta en referencia al caso que tiene como protagonista al profesor Juan Trigatti.
Es que el docente había sido absuelto en un juicio que se llevó a cabo en su contra por una causa de abuso sexual en perjuicio de menores de edad del jardín "Ceferino Namuncurá".
Tras este fallo, la querella y la fiscalía apleron la decisión que se revirtió tras resolución de la Cámara de Apelaciones, otorgando la pena de 12 años de prisión para el maestro.Es que la Cámara, en su fallo, rechazó el planteo del tribunal de primera instancia —integrado por los jueces Pablo Busaniche, Cecilia Labanca y Martín Torres—, que había concluido que los relatos de las menores no eran suficientes para incriminar al acusado.
Así, hace poco más de un mes, la Oficina de Gestión Judicial (OGJ) de los tribunales santafesinos designó al tribunal que deberá analizar el fallo.
Mientras tanto, Trigatti permanece en libertad, condición que le fue otorgada en 2022 por el juez Jorge Patrizi —en el contexto de una resolución que ordenó la realización del juicio oral— y que recientemente fue confirmada por mayoría por los jueces Nicolás Falkenberg, Leandro Lazzarini y José Luis García Troiano.
LA CARTA COMPLETA DE LOS DOCENTES
Hace aproximadamente un año, hicimos pública una nota contándoles a los santafesinos acerca de las irregularidades de la investigación del caso Trigatti, un docente, compañero de muchos de los que firmamos al pie, vecino de nuestra ciudad, siempre comprometido con las personas y siempre ayudando a todos los que se atraviesan en su vida.
Hablamos entonces de su integridad, sus condiciones personales, su respeto por todas las personas. Veíamos con mucho desasosiego las desprolijidades de la investigación encarada por el Ministerio Público de la Acusación: la pérdida de pruebas y el manoseo al que fueron expuestas las niñas involucradas en la denuncia.
Decíamos también que nos dolía esta situación, especialmente porque enseñamos siempre el respeto por las instituciones de la democracia. Una justicia que no trabaja con imparcialidad y eficiencia no es justicia, y las instituciones resultan vilipendiadas cuando los funcionarios, en lugar de ser garantes de la verdad, se ocupan de armar causas para condenar a inocentes.
Sosteníamos que el caso Trigatti no era un caso aislado, sino la expresión de una actitud que se ha instalado en nuestra sociedad, donde predomina la sospecha y la desconfianza hacia los docentes y las Instituciones Educativas.
Fuimos siguiendo las instancias de un juicio, que creímos era el cierre de un proceso en el que hubo una muy prolija defensa, que pudo demostrar la inexistencia del delito del que Juan fue acusado injustamente. Esa defensa demostró lo inverosímil de las circunstancias en las que se afirmaba que había sucedido el abuso y dejó a la vista el montaje de un caso sin pruebas.
El tribunal hizo justicia y absolvió a Trigatti. Y no sólo eso: ordenó investigar una serie de irregularidades relacionadas con el caso. Esto nos devolvió, en parte, la confianza en el sistema judicial. Y tuvimos la sensación de que las instituciones pueden funcionar en orden al bien común y garantizar los derechos de todos.
La instancia de la primera apelación volvió a poner sobre el tapete lo que anunciamos hace casi un año: los prejuicios y las decisiones basadas en presiones y no en hechos pueden torcer el brazo de la Justicia. Así, organizaciones que se adjudican la defensa de los DDHH, muchas de ellas con trayectorias muy valiosas, sin tomarse la molestia de indagar y tomar conocimiento en profundidad del caso Trigatti, simplemente amenazaron a los jueces de 2da instancia con posibles sanciones de entidades internacionales.
Si hoy decidimos escribir esta carta abierta a los jueces que tienen en sus manos esta nueva instancia de apelación, es en primer lugar, en aras de la justicia. Entendemos que, si somos ciudadanos responsables, no podemos callar ante la injusticia.
En segundo lugar, ratificamos nuestra convicción acerca de la inocencia de Juan Trigatti, no solo porque lo conocemos, sino porque el poder Judicial, en un juicio largo, complejo y con muchas presiones, lo declaró inocente en un fallo unánime.
Y, en tercer lugar, porque queremos instar a la Justicia a que se investigue a quienes fabricaron el caso Trigatti. Sabemos hoy, porque se han visibilizado otros, que no es el único en la Provincia de Santa Fe. Éste ha puesto al descubierto un modo de actuación que prioriza la condena antes que la justicia y que da por sentada la culpabilidad de los acusados, antes de evaluar las pruebas y ponderar las circunstancias con imparcialidad.
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