Hugo Daniel Sánchez, un hombre de 27 años que se desempeñaba como cuidacoches en el barrio Sur de la ciudad de Santa Fe, fue condenado a dos años de prisión efectiva tras ser hallado culpable de amenazas y violación de una orden judicial. La sentencia fue dictada por el juez Lisandro Aguirre en un juicio abreviado, en el cual tanto la fiscalía como la defensa aceptaron los términos de la condena.
Los hechos que derivaron en esta sentencia ocurrieron en junio de este año. Según se detalló en la investigación llevada a cabo por la fiscal Jorgelina Moser Ferro, el 5 de junio a las 18:00 horas, Sánchez amenazó a dos vecinos de un edificio ubicado sobre la avenida General López al 2500, en las inmediaciones de la Plaza de Mayo. Las víctimas, preocupadas por la situación y temiendo por su seguridad, denunciaron las intimidaciones, lo que llevó a la justicia a emitir una medida de restricción que prohibía al acusado acercarse a menos de 500 metros del domicilio de los afectados.
Sin embargo, a pesar de estar notificado de esta restricción, Sánchez continuó hostigando a los vecinos, regresando en reiteradas ocasiones a la zona donde tenía prohibido estar. Este comportamiento reiterado, sumado a las amenazas previas, agravó su situación legal y desembocó en su posterior condena.
En el juicio abreviado, Sánchez reconoció su responsabilidad en los delitos de amenazas simples e incumplimiento de mandato judicial, lo que permitió acelerar el proceso judicial y llegar rápidamente a una sentencia. La defensa del condenado aceptó tanto los cargos imputados como la modalidad de cumplimiento de la pena. Las víctimas, por su parte, fueron notificadas de la decisión judicial y expresaron su conformidad con la resolución del caso.
Este caso ha generado preocupación entre los vecinos de barrio Sur, quienes, tras vivir varios meses de hostigamiento, se sienten finalmente aliviados por la intervención de la justicia. Sin embargo, también pone de manifiesto las dificultades que enfrenta el sistema judicial a la hora de hacer cumplir las medidas de restricción. A pesar de la orden judicial, Sánchez continuó acercándose a sus víctimas, lo que demuestra que en muchos casos las herramientas legales disponibles no son suficientes para evitar nuevos conflictos.
La situación de los cuidacoches en Santa Fe, especialmente en los barrios céntricos, no es un problema nuevo. Si bien muchas personas que realizan esta tarea lo hacen de manera pacífica, otros recurren a métodos de intimidación para exigir pagos a quienes estacionan sus vehículos. Este tipo de prácticas genera un ambiente de inseguridad y desconfianza entre los vecinos y visitantes de la ciudad.
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