En el marco del 30º Aniversario de la Reforma de la Constitución Nacional que tuvo lugar en esta ciudad en 1994, importantes referentes de la política y de la sociedad santafesina se acercaron al Salón de Eventos del hotel Castelar para homenajear a los convencionales santafesinos y a instituciones que participaron del proceso histórico.
El acto fue organizado por la presidencia del Concejo Municipal a cargo de Adriana Molina con el objetivo de recordar este hito en la historia del país y la ciudad y homenajear a sus protagonistas: “Hay un antes y un después de la reforma constitucional en nuestro país, en el estado de derecho y en el ordenamiento jurídico argentino”, aseguró. Y recordó una frase del abogado y jurista argentino Germán Bidart Campos: “el techo principista, valorativo, axiológico cambió absolutamente a partir de la reforma del 94”. “Claro que todo lleva tiempo -continuó Molina- y probablemente pasaron años hasta que fuimos conscientes sobre lo que eso significa. La ampliación de derechos, las nuevas garantías, la jerarquización de los tratados de derechos humanos, esa nueva mirada del federalismo. Cómo no hacer un homenaje a quienes hicieron que hoy tengamos un mejor derecho”.
En la ocasión se entregaron medallas de plata especialmente diseñadas por el Centro Numismático de Santa Fe a los convencionales constituyentes santafesinos: Carlos Caballero Martín, Luis “Changui” Cáceres -no estuvo presente, pero la recibió su hijo-, Antonio Ciaurro y Horacio Rosatti, actual presidente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación. A Hugo Rodríguez Sañudo se le entregará la semana que viene, cuando visite la ciudad.
Reflexiones a 30 años
Con ellos, y bajo la consigna de conocer qué aprendizajes les había dejado el proceso de reforma de la Carta Magna vivido en Santa Fe y qué quedó pendiente, Molina intercambió un diálogo público. Así, la presidenta del Concejo propició un conversatorio con los convencionales presentes para recordar esos días del ‘94 y dejar algunas ideas sobre el presente político de nuestro país.
Antonio Ciaurro destacó que “esta reforma fue importante porque fue representada por todos los partidos políticos del país y todas las provincias, lo cual no había sucedido con anterioridad. No obstante, creo que fue incompleta y pienso que no debe pasar mucho tiempo para que se llame a una nueva reforma. Creo que el país lo necesita”, aseguró el convencional.
En tanto, Carlos Caballero Martín recordó que les tocó “afrontar el momento con muchas diferencias pero con un grado de respeto total. Fue el parlamento más democrático que ha tenido el país por la cantidad de sectores que fueron representados. Nos encontramos con un arco polifacético pero con mucho respeto y convivencia”. Y contó varias anécdotas: “Recuerdo que el gobernador (Carlos) Reutemann compró la señal satelital para la provincia de Santa Fe, para que se baje a un canal de aire y se pueda ver en toda Santa Fe. Entonces entrabas en un club o a un cualquier boliche de barrio y todos estaban viendo la convención. Eso fue una construcción de ciudadanía”.
Por su parte, Horacio Rosatti recordó que era uno de los convencionales más jóvenes de la asamblea: “Vivía en Santa Fe, a pocas cuadras del Paraninfo. Me levantaba muy temprano y me quedaba todo el día en la universidad, era un aprendizaje permanente. Yo daba derecho constitucional y ciencias políticas en la universidad y esa era una clase viviente”. Y remarcó: “La figura consular de la convención, para mí, fue Raúl Alfonsín”.
Entre los valores y aprendizajes del proceso de reforma, el actual presidente de la Corte Suprema de Justicia eligió remarcar el consenso: “Efectivamente la reforma de 1994 fue la asamblea más democrática de la historia argentina. Yo miraba a un costado y al otro y lo veía a Aldo Rico y a Raúl Alfonsín y poco meses antes habíamos tenido el suceso que había concluído con el ‘Felices Pascuas, la casa está en orden’, y yo veía el silencio y el respeto con el que se escuchaban, esto fue una enseñanza extraordinaria. Y no es que no hubiera grietas, pero fuimos capaces de detener el tiempo de enfrentamiento para debatir con seriedad y llegar a consensos. No pasó hace tanto tiempo ni en otro país, no éramos gente superdotada sino gente que actuaba de buena fe y estábamos dispuestos a escucharnos, por eso es posible que pueda volver a pasar”, aseguró ante una sala llena, que siguió muy con mucha atención sus palabras.
“El legado más importante de la reforma del ‘94 fue que se puede generar consenso, maximizar los resultados en la medida en que estemos predispuestos a hacerlo. Es el gran mensaje de actualidad de la reforma”, finalizó.
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