El consumo de carne vacuna en Argentina continúa en caída libre. En marzo pasado, el consumo por habitante retrocedió un 18,5% respecto al mismo mes de 2023, según un informe de la Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes (Ciccra).
Este dato refleja la difícil situación que atraviesa el sector ganadero y la preocupante situación del consumo interno. La fuerte pérdida del poder adquisitivo de la población, producto del aumento generalizado de los precios, ha impactado de lleno en la demanda de carne vacuna, un alimento básico en la dieta de los argentinos.
El consumo aparente, que considera lo faenado y consumido en el mercado local y lo exportado, también registra un desplome. En el primer trimestre del año, el consumo aparente totalizó 499.700 toneladas res con hueso, lo que representa una caída del 17,6% respecto al mismo período del año pasado.
Este dato confirma que el consumo de carne vacuna en Argentina se encuentra en su nivel más bajo de las últimas tres décadas.
Las exportaciones, por su parte, experimentaron un leve aumento del 22,9% interanual en el primer trimestre del año. Sin embargo, este incremento no alcanza para compensar la caída del consumo interno.
La situación del sector ganadero es crítica. La sequía, la inflación y el aumento de los costos de producción han impactado de manera significativa en la rentabilidad de las empresas ganaderas.
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