El Río Paraná enfrenta una de las bajantes más graves de su historia. Desde el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) señalaron que en más de 100 años no se ha registrado una sequía hidrológica de esta magnitud. El Instituto Nacional del Agua (INA) confirmó que la falta de lluvias en toda la cuenca Paraná-Paraguay ha llevado a una escasez prolongada.
Pablo Mércuri, director del Centro de Investigación de Recursos Naturales del INTA, destacó que esta sequía forma parte de un ciclo de escasez de agua que afecta a varios países sudamericanos, y que el evento El Niño no fue suficiente para recuperar los niveles de agua de la cuenca. Además, el inicio de la primavera con déficit de precipitaciones sigue afectando la situación.
El ingeniero del INA, Juan Borús, explicó que la recuperación del río será lenta y que existen similitudes con la crisis hidrológica que comenzó en 2019. Tanto la afluencia como la descarga en la represa de Itaipú se mantienen en niveles bajos, y la cuenca alta del río Paraguay también muestra un descenso significativo.
Según el INTA, el caudal promedio del Río Paraná en Yacyretá se encuentra entre los 8.000 y 9.000 m3/s, mientras que históricamente ha oscilado entre 12.000 y 16.000 m3/s. Ditmar Kurtz, coordinador de Investigación y Desarrollo Tecnológico del INTA Corrientes, indicó que la situación actual del río tiene implicancias directas para los productores de arroz y ganaderos de islas, ya que la disponibilidad de agua es clave para ambos sectores.
En el caso del arroz, los productores ya han hecho inversiones para adecuar sistemas de acceso al agua y de bombeo, por lo que no se esperan grandes pérdidas de producción. Sin embargo, la situación es más complicada para la ganadería de las islas, donde la reducción de áreas inundables podría afectar la disponibilidad de forraje y aumentar el riesgo de incendios. Kurtz recomendó adecuar los accesos al agua y priorizar los lotes con mejores condiciones para riego.
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