Con narices rojas, coloridos trajes y una energía contagiosa, los payamédicos de Santa Fe salieron este miércoles a las calles para celebrar su día.
En el marco del Día del Payamédico, que se conmemora cada 5 de noviembre, realizaron una intervención artística en Boulevard Gálvez y Pedro Vittori bajo la consigna de llevar alegría y esperanza también fuera de los hospitales.
“El principal objetivo de los payamédicos es complementar el tratamiento médico con terapias de alegría y humor”, explicaron durante la actividad. “Nuestra misión es desdramatizar el ambiente hospitalario, donde convivimos constantemente con niños, adultos y familias que atraviesan momentos muy dolorosos”, agregaron.
Además de su presencia habitual en hospitales y centros de salud, los payamédicos realizan intervenciones en hogares, instituciones y eventos comunitarios. En esta oportunidad, el llamado “payapaseo” tuvo como fin compartir su tarea con la comunidad y celebrar una profesión que transforma el dolor en sonrisas.
Para convertirse en payamédico, es necesario realizar un curso de formación que dura aproximadamente un año, con contenidos teóricos y prácticos sobre teatralidad y payamedicina. En Santa Fe, la parte artística está a cargo del doctor Mario Cejas, mientras que la formación médica es dictada por el creador del movimiento, José Pelucchi, quien en ocasiones visita la provincia para capacitar a los voluntarios. Desde la pandemia, el curso también puede realizarse de manera virtual.
Actualmente, la ciudad de Santa Fe cuenta con alrededor de 300 payamédicos activos, aunque no todos intervienen al mismo tiempo. “Podemos participar cuando lo deseamos, porque para acompañar a otro hay que estar bien. Cuando uno se siente fuerte y con ganas de jugar, ahí puede hacerlo”, explicaron.
Consultados sobre qué es lo más lindo de ser payamédico, respondieron sin dudar: “La risa. Ver cómo cambia la mirada de la gente, no sólo de los niños, sino de todos.”
Comentarios