La acumulación de vehículos en desuso en las comisarías era un problema que se había vuelto insostenible. Estos vehículos no solo ocupaban un espacio físico, sino que también representaban un riesgo para la seguridad y el medio ambiente. Además, dificultaban las tareas de investigación y mantenimiento de las instalaciones policiales.
Para hacer frente a esta problemática, el gobierno provincial puso en marcha un ambicioso plan de limpieza y ordenamiento. Mediante la Agencia Provincial de Registro, Administración y Destino de Bienes y Derechos Patrimoniales (APRAD), se inició un proceso de revisión exhaustiva de cada vehículo, determinando su estado y destino final. Aquellos que ya no tenían valor fueron enviados a compactación, mientras que otros fueron preparados para subasta.
La eliminación de estos vehículos no es solo una cuestión de estética o de gestión de espacios. Es una muestra clara del compromiso del gobierno provincial con la seguridad ciudadana. Al liberar espacio en las comisarías, se facilita el trabajo de los agentes policiales, quienes ahora cuentan con instalaciones más ordenadas y funcionales.
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