La recuperación de este patrimonio santafesino, el cual representa la naturaleza y el paisaje que rodea nuestra ciudad, se debe a que al momento de su creación, el conjunto escultórico contaba con 12 figuras de biguás, aves típicas de la región, dispuestas en diversas posiciones que manifestaban movimientos naturales, como el reposo y el vuelo. Sin embargo, debido a actos de vandalismo y robos en los últimos años, solamente dos de los biguás originales en bronce permanecían intactos, lo que motivó a iniciar este proyecto para devolverle a la fuente su composición original.
“Queremos agradecer a los empleados municipales que replicaron cada una de las piezas de este emblema santafesino. Ahora le pedimos a la ciudadanía que haga su parte y que por favor, no vandalicen la obra, que si bien, tiene mucho valor por formar parte de nuestro patrimonio cultural, estas nuevas figuras no tienen valor comercial”, añadió el intendente Juan Pablo Poletti.
“Mi agradecimiento también a los tres colegios que apadrinaron este proyecto, porque se comprometieron y aportaron el material necesario para lograr que se realice esta restauración”, agregó.
Materialización del proyecto
El trabajo para la realización de las réplicas de los biguás inició en noviembre del año 2022, durante la gestión anterior. Dada la relevancia del proyecto, las actuales autoridades decidieron darle continuidad a la iniciativa. La coordinación del proyecto estuvo a cargo del escultor y docente Juan Carlos Visconti.
La tarea comenzó con la conservación de los dos biguás originales, manteniéndolos resguardados en el Taller de Esculturas de la Estación Belgrano, donde el equipo pudo tomar moldes de silicona para crear réplicas en resina. Estas réplicas, más resistentes a la exposición en espacios públicos, fueron cuidadosamente diseñadas para imitar cada detalle de las esculturas originales, incluyendo un modelo particular de un biguá en posición de vuelo que había sido sustraído y con el que no se contaba.
“De las figuras originales, se pudieron recuperar dos piezas de bronce, que habían sido robadas en la pandemia y con esas piezas, realizamos los moldes para obtener las 12 nuevas copias. Con esta técnica, si en algún momento alguna de las piezas se rompe, podremos reemplazar la pieza completa o las partes que haga falta”, señaló Melisa Perezlindo, quien forma parte del equipo de Conservación y Restauración de la Dirección de Museos.
“El proceso llevó dos años de realización, con interrupciones de por medio, ya que nuestra área también se encarga de conservar el patrimonio de los museos y de muchas otras piezas de las plazas y de la vía pública”, subrayó.
La iniciativa no solo busca embellecer el espacio público, sino también concientizar a los ciudadanos sobre la importancia de preservar el arte y el patrimonio de todos.
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