Autoridades judiciales confirmaron que los restos óseos encontrados en julio de 2024 pertenecen a José Francioni, un hombre de 33 años que estaba desaparecido desde el 15 de junio de 2023.
Francioni solía recorrer a diario distintos sectores de la ciudad recolectando materiales reciclables. Salió como cada mañana con su mochila desde su domicilio en barrio Pompeya Norte y nunca más volvió a ser visto. Su desaparición movilizó a sus familiares y allegados, quienes organizaron marchas, hicieron publicaciones en redes y mantuvieron activa la búsqueda por casi dos años.
El 14 de julio de 2024, un vecino que se encontraba cazando en la zona de reservorios, a unos 300 metros de la casa bomba 4, se presentó en la Comisaría 6° para reportar la presencia de un cuerpo en el agua. El cadáver estaba en avanzado estado de descomposición y carecía de extremidades y cabeza. Personal de la Policía de Investigaciones, bomberos y buzos especializados trabajaron en el rescate de los restos.
Al enterarse del hallazgo, la madre de José, María Elena Perezlindo, se acercó al lugar y reconoció de inmediato una mochila que pertenecía a su hijo. Días después, volvió a la zona a colocar una cruz y, mientras escarbaba la tierra con un palo, encontró nuevos fragmentos óseos. Esa evidencia fue incorporada a la investigación.
Finalmente, el pasado jueves 22 de mayo, la mujer fue convocada por el fiscal a cargo del caso, quien le informó oficialmente que el estudio de ADN realizado sobre los restos recuperados inicialmente confirmó que correspondían a su hijo.
Según los resultados preliminares de la autopsia, se estima que José Francioni habría sufrido una convulsión producto de padecer epilepsia, lo que habría provocado su caída accidental al reservorio, donde murió por inmersión.
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