En la tarde del viernes 29 de diciembre del 2017, el agente penitenciario Facundo Solís, que por entonces tenía 33 años y prestaba servicios en la Unidad Traslados Judiciales dependiente del Servicio Penitenciario de la provincia, masacró a su expareja, la hija de esta y su novio, su exsuegra y excuñada.
Todos fueron acribillados con un arma de fuego, 9 mm que le otorgaba la fuerza carcelaria. El desgarrador hecho ocurrió en tres viviendas ubicadas de calle Monseñor Zaspe al 4100, en pleno corazón del barrio Alfonso.
El reloj marcaba las 14.30 cuando Solís llegó a la vivienda y retiró a sus dos hijos de 5 y 9 años y los trasladó hacia la casa de sus padres ubicada en Santa Rosa de Lima. Minutos después, volvió a la zona y llevó adelante su plan.
En las casas se encontraban su expareja, Mariela Noriega (35), con su hija, Ailén Soto (19) y el novio de esta, Joel (20). Su exmujer, recibió una serie de disparos en la vereda tras una discusión. La saga criminal continuó con Ailén y Joel, quienes, en el interior del domicilio, recibieron disparos mortales en sus cráneos.
Posteriormente, Solís se dirigió a una casa contigua y acribilló a balazos a su excuñada, Sonia Noguera (30) y su exsuegra, Carmen "Cuqui" Loseco de Noguera (70).
En tanto, baleó en un brazo a otro joven de 17 años.
Su detención
Pasadas las 15.30, Solís intentó resistirse a su detención atrincherándose en una de las viviendas, pero el despliegue policial en el lugar hizo que se entregue.
Cuando el patrullero de la Policía de Investigaciones logró su cometido y lo traslado, los vecinos mostraron su repudio hacia él provocando que se vivieran momnetos de máxima tensión en el lugar.
El juicio y su condena
El 04 de junio del 2019, Facundo Solís fue condenado a prisión perpetua por un tribunal pluripersonal conformado por los jueces Rodolfo Mingarini, Nicolás Falkenberg y José Luis García Troiano.
La sentencia a la pena máxima fue luego de un acuerdo abreviado que se llevó a cabo el pasado 24 de mayo entre el fiscal del caso, Gonzalo Iglesias, las abogadas querellantes, Laura Gerard y Vivian Galeano del Centro de Asistencia Judicial e Hilda Knaeblein y el defensor oficial, Mario Guedes.
En sí, se lo acusó y condenó por ser autor penalmente responsable del delito de “homicidio calificado por el empleo de arma de fuego; por el vínculo; y por ser perpetrado por un hombre en contra de una mujer mediando violencia de género”.
También lo declaró culpable por los cuatro femicidios vinculados de los que resultaron victimas la hija de Mariela, Aylén Tamara Soto, la pareja de esta, Yoel Airaldi, su exsuegra, Generosa del Carmen Loseco y su excuñada, Sonia Isabel Noguera.
En tanto, se le atribuyó la “tentativa de femicidio vinculado”, por el intento de asesinato que sufrió Franco S. -el hijo de Sonia-, el único sobreviviente de la masacre.
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