Portada  |  21 octubre 2021

Más que una promesa, una realidad: Candela Giordanino se afirma en la natación

La nadadora Candela Giordanino, hija de Celeste Puñet, entrena previo a asistir al colegio, después de clases, pasa por el gimnasio para, en horas de la tarde-noche, retornar a su domicilio para estudiar. “En el día a día está la fortaleza”, marcó.

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Es bien sabido que cualquier deporte de alto rendimiento requiere un esfuerzo adicional. Ese es el que está llevando adelante Candela Giordanino, la nadadora que adoptó la actividad a partir su familia, principalmente su mamá Celeste Puñet. En diálogo con Buen Santa Fe, detalló su rutina y contó cuáles serán sus próximos desafíos.

“A las 5:45 estamos entrando al agua hasta más o menos las 7:20, que tengo que salir corriendo para ir a la escuela. A la tarde volvemos, después al gimnasio y a casa a estudiar. Es mi casa, vivo en Unión”, comenzó diciendo Candela.

Con respecto a sus próximos desafíos, contó: “voy a viajar el 30 de octubre. Voy a estar dos semanas compitiendo en Perú. Después vuelvo, estoy una semana y vuelvo a irme a Colombia: voy a estar en los Juegos Panamericanos Juveniles”.

“Particularmente me gusta más aguas abiertas que piletas, aunque nade en los dos. Entreno más específicamente para aguas abiertas, es diferente el entrenamiento. La distancia son diferentes, en aguas abiertas 7 km, y en piletas, 800 metros”, añadió.

Por otro lado, remarcó la importancia de la preparación previa a la competencia. “Entrenamiento tanto físico como mental: la carrera es dura y el entrenamiento también, el día a día. Levantarme a las 4 de la mañana. Ahí está la fortaleza”.

En cuanto a cómo llegó a la natación, puntualizó en su filiación. “La verdad es que mi mamá me introdujo al deporte para que aprenda a nadar. Me dijo ‘si no querés seguir, no pasa nada’. Me enganché con el grupo, seguí porque me encanta nadar”.

En relación a cómo atravesó la pandemia, detalló: “en mi caso, estuve 4 meses parada totalmente, sin tocar el agua. Al principio de la cuarentena, que hacía un poco de calor, pusimos la pelopincho en el patio y nadaba un poco ahí. Pero con el frío no pude más. Hacía ejercicios en casa. Recién en junio pudimos volver a entrenar en una pileta. Hasta hace poco no teníamos competencias. Desde enero que no competía en aguas abiertas, un montón de tiempo”.

“Me levanto a las 4:50, voy al agua a nadar a las 5:45. Salgo, voy a la escuela, como en el club, espero un rato hasta las 3:30 para volver al agua. Salgo, voy al gimnasio. Y luego a casa a estudiar y comer”, reiteró su rutina.

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