Deportes
Pasó por Unión, Colón y jugó hasta los 60: Teresa Lorenzo, leyenda del básquet santafesino
Teresa Lorenzo inició un camino en el deporte que hoy las mujeres buscan ratificar. Su pasión por el básquet la llevó no solamente a vestir las camisetas de los equipos más importantes de Santa Fe, si no también a la Selección Argentina. Pero además, fue solicitada desde Córdoba, donde el básquet femenino se encontraba más avanzado que en nuestra provincia. Allí marcó un hito: fue de las primeras en comenzar a percibir un salario a cambio del juego que brindaba.
En diálogo con Telefe Santa Fe, relató cómo se emparentó con el deporte. "Me escapé de la Escuela donde iba a cuarto grado. Yo me llevaba en el bolso un short. Me escapaba la última hora y me iba. Las porteras le decían a mi mamá 'su hija no está en la escuela'. Y mi mamá respondía 'no se haga problema, debe estar en el Club Rivadavia jugando al básquet'".
"Así empecé. Después me fui al club Unión, la cancha de polvo de ladrillo donde está la pileta de natación. En Unión jugué a las bochas, al frontón, al básquet, hice atletismo y después de varios años me fui a Córdoba. Jugué en Belgrano y Talleres. Con Belgrano salimos 10 años campeonas", continuó.
En su estadía fuera de la provincia, comenzó a percibir dinero. "Yo fui a un campeonato argentino a Córdoba: me pagaban estando en una casa de familia y me atendían de lo mejor. Me dieron trabajo. El club me pagaba la pensión, por partido: yo pasé una vida maravillosa en Córdoba".
"De Córdoba me volví a Santa Fe. Jugué en Rosario. Y me vine a Santa Fe. Terminé jugando en República del Oeste. Y en Colón. Me acogieron y me dieron la bienvenida en todos lados, no me puedo quejar de ningún club", siguió puntualizando su carrera.
Su rendimiento y condiciones le permitieron llegar al punto más alto de nuestro país. "A la Selección fui porque salimos campeonas en Bahía Blanca en el año 57. Yo salí goleadora. Entonces, nos eligieron a las cinco titulares para ir a la Selección Argentina. Fuimos al campeonato mundial en el 57".
Actualmente, continúa siguiendo el deporte. "Sigo y voy a los clubes con una de mis nietas. Masculino y femenino. No me pierdo la NBA. Ha evolucionado muchísimo: antes había dos jugadoras o tres que tiraban al aro, ahora tiran las cinco. Y de cualquier posición".
"Mi hija alcanzó a jugar conmigo. Empezó a ir a practicar a Unión y coincidíamos. Fue una época muy linda. Ojalá que todos los chicos, en lugar de estar paveando, se arrimen a un club. Es sano. Te enseñan. Si volviera a nacer, volviera a hacer lo que hice: trabajar, estudiar y jugar al básquet", cerró.