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Streaming: el festival de Barenboim para que la pandemia no mate a la nueva música
Distance/Intimacy , «distancia/intimidad», el nombre que Daniel Barenboimy Emmanuel Pahud le pusieron al Festival de Nueva Música que organizan en la Pierre Boulez Saal de Berlín tiene una primera alusión al confinamiento por efecto de coronavirus, claro, pero podría ser también una divisa de eso que se llamaba hasta hace un tiempo «música contemporánea». La nueva música , realmente, es, por su propia novedad, distante; y es probable que, a la vez, no haya nada más íntimo que ella, puesto que se compone delante de nuestros ojos.
Barenboim desconfía un poco de la palabra «contemporáneo». "Hay que tomar la palabra por lo que es. «Contemporáneo» quiere decir de hoy en día. Nada más. No hay que darle una significación artística o filosófica. La música contemporánea es lo que se escribe hoy, ya sea que se escriba en estilo moderno, o futurista o clásico, no tiene la menor importancia.
La palabra que es mucho más interesante e importante es ‘moderno’.» El maestro habla con La Nación desde Berlín: «Hemos podido hacer un buen trabajo. Tenemos una semanita más acá y después nos vamos de vacaciones»; la semanita en cuestión es precisamente la del Festival of New Music, que implicó ensayos y que podrá verse online desde mañana y hasta el domingo.
Como casi todo lo pasó este año, jugó también en este caso un papel crucial la pandemia; la pandemia o el ingenio para hacer frente a sus consecuencias. "Nadie sabe nada y se toman decisiones sin la más mínima lógica. Eso hace que la gente esté muy nerviosa y que peque por exceso de optimismo o por exceso de pesimismo. Y ambas posiciones son muy negativas en una situación tan difícil como la que estamos viviendo ahora -dice Barenboim.
Cuando me di cuenta de lo dramática que era la situación con este virus, y lo primero en lo que hay que pensar es en la salud, en la crisis económica también, pero después uno piensa además qué va a suceder con la música. Y en el campo de la música, la que más iba a sufrir es la música aún no escrita. Entonces, hacia fines de abril, cuando se veía que esto iba a durar más de lo que uno pensaba, se me ocurrió que la música nueva, moderna es la que más iba a sufrir.
En la Boulez Saal sufrimos, como todos, una inmensa pérdida de dinero. Llamé a los compositores que conocía menos a tres, que llamó Pahud, y les dije ‘no tenemos dinero, pero si están dispuestos a escribir a algo entre 5 y 15 minutos, quiero hacer un festival de música de hoy por streaming en el que los músicos también, desde luego, tocarán gratuitamente’. Sin ninguna excepción, todos se entusiasmaron y dijeron que sí. Y la música empezó a llegar. Alguna más rápida que otra. La partitura de Jörg Widmann , por ejemplo, ¡me llegó a las siete de la tarde del día anterior al primer ensayo, que era el día siguiente a las 10 de la mañana! Escribió una pieza bellísima para piano, violín, clarinete, flauta y percusión. Una magnífica pieza.
Fuente: diariodecultura.com.ar