Hace 5 años a Vicky le detectaron un cáncer infantil, un tumor en el rostro que con sus cortos 10 años de vida la llevo a atravesar 34 cirugías. En 2018 comenzó este camino que incluyo tratamientos con quimioterapia y rayos. Esta enfermedad le puso por delante, un ACV, la perdida del habla; le afecto el paladar y la mitad de su rostro.
Pero nada la detiene, su alegría y determinación a la felicidad van de la mano del equipo que está siempre a su lado, su mamá Yanina, su abuelo Walter, su hermana Cande, Hugo su enfermero en el Hospital de Niños y Gabriela, si enfermera domiciliaria son solo algunos de los que las acompañan para salir adelante.
“Ya perdí de vista a los gigantes, ya no pueden asustarme porque hoy me he levantado fuerte”, la canción de Pablo Lopez es el himno de su forma de vivir. Vicky nos cuenta que la música le salvo la vida. En la sala oncológica del Hospital de Niños de Córdoba, donde recibió su tratamiento, conoció a Hugo, su enfermero, su compañero y cómplice, quién le presentó el poder de la musicoterapia, el canto, los instrumentos musicales, y porque no, los Pimpinela.
Los médicos humanistas no sólo contemplan el cuerpo del paciente sino el alma, una mirada integral contribuye a mejorar el estadio de ánimo, la calidad de vida de las personas y puede tener impacto en la recuperación de múltiples afecciones. La actitud de Vicky Robledo enamoró y lleno de orgullo al equipo de Diversidad. Su familia es un gran equipo liderado por Vicky, “la risa, el canto, el juego son también una medicina” resume Gabi, su enfermera. Esas son las herramientas que los acompañan y que llenan a Vicky de ganas de vivir.
Vicky inspira y nos emociona, nos quedamos con ganas de seguir cantando con ella y su familia un poquito más.
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