Portada  |  04 septiembre 2024

Estados Unidos autorizó el cultivo de Trigo Tolerante a la Sequía desarrollado en Santa Fe

Esta autorización marca un hito significativo en la biotecnología agrícola.

Información General

El Gobierno de Estados Unidos ha dado luz verde al cultivo del trigo transgénico tolerante a la sequía, una innovación desarrollada por científicos de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) y del CONICET en Santa Fe, Argentina. Esta autorización, otorgada por el Servicio de Inspección de Sanidad Animal y Vegetal del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, marca un hito significativo en la biotecnología agrícola, permitiendo que esta variedad de trigo, que utiliza la tecnología HB4®, pueda ser cultivada sin restricciones en suelo estadounidense.

El organismo determinó que este trigo modificado genéticamente no presenta riesgos en comparación con las semillas convencionales, lo que significa que no estará sujeto a las normativas específicas que regulan los organismos modificados o producidos mediante ingeniería genética. Esta aprobación se suma a la ya conseguida en junio de 2022 por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA), que autorizó su consumo humano, consolidando así su potencial comercial en uno de los mercados más importantes del mundo.

La tecnología HB4®, desarrollada por un equipo de expertos liderados por Raquel Chan, directora del Instituto de Agrobiotecnología del Litoral (IAL, CONICET-UNL), en colaboración con la empresa argentina Bioceres Crop Solutions, es considerada única a nivel mundial. Esta tecnología ha sido el fruto de más de veinte años de investigación y cooperación entre el sector público y privado. La aprobación en Estados Unidos abre nuevas oportunidades para la expansión global de esta tecnología, ya que permite la siembra directa de estas semillas en uno de los mayores productores de trigo a nivel mundial, lo que podría tener un impacto significativo en la previsibilidad de los rindes por hectárea y en la capacidad de adaptación de los cultivos a situaciones de estrés hídrico.

El desarrollo de esta tecnología tolerante a la sequía comenzó con el descubrimiento de un gen del girasol, HaHB4, que confiere a la planta una mayor resistencia al estrés hídrico. Este avance permitió que, al incorporar dicho gen en las semillas de trigo, se obtuvieran cultivos más resilientes a la falta de agua, reduciendo así las pérdidas de producción. La aprobación de Estados Unidos se suma a las ya otorgadas en Argentina, Brasil y Paraguay, consolidando la presencia de HB4® en más del 90% de la superficie cultivada con trigo en Sudamérica.

El trigo HB4® también está siendo sometido a pruebas de campo en Australia, y ya ha recibido autorizaciones para su consumo humano y animal en países como Colombia, Indonesia, Nueva Zelanda, Nigeria, Sudáfrica y Tailandia, entre otros. Esta expansión en mercados clave subraya el potencial de esta tecnología para transformarse en un estándar en la producción de trigo a nivel mundial.

El proceso de investigación que llevó a este desarrollo fue arduo y complejo, involucrando a expertos en biología molecular, genética, agronomía y bioinformática. La incorporación del gen HaHB4 en cultivos de interés agronómico como la soja, el maíz y la alfalfa ha mostrado resultados prometedores, lo que ha llevado a nuevas investigaciones y estudios en condiciones de laboratorio, invernadero y campo.

Raquel Chan, en declaraciones recientes, destacó la importancia de desarrollar tecnologías innovadoras que puedan hacer frente a las adversidades climáticas actuales, como los golpes de calor y la falta de agua. Según Chan, HB4® es solo el comienzo, y esperan que futuros desarrollos sigan el mismo camino, convirtiéndose en productos de impacto en los sectores productivos y en la economía nacional.

Por su parte, Gabino Rebagliati, director de Comunidad de Bioceres, subrayó la relevancia del acuerdo con el CONICET, que no solo ha sido crucial para el éxito de la tecnología HB4®, sino que también abre nuevas puertas para futuros proyectos. Esta colaboración público-privada es esencial para el presente y futuro de la empresa, permitiendo logros que posicionan a Argentina en la vanguardia de la biotecnología agrícola a nivel mundial.

El impacto económico de la tecnología HB4® podría ser significativo para Argentina, un país agroexportador cuya principal fuente de divisas proviene de productos agrícolas. Con las sucesivas aprobaciones para su cultivo y consumo en distintos países, esta tecnología podría tener un efecto positivo en la economía nacional, impulsando la innovación y fortaleciendo la competitividad del país en el mercado global.

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