Cada vez se suman más dudas y consultas con el avance del coronavirus en el mundo. Por ejemplo, sigue el temor si se puede arrastrar el virus en el hogar a través de la ropa, los zapatos o el correo.
Expertos en enfermedades infectocontagiosas, científicos que se dedican al estudio de partículas aerosoles y microbiólogos respondieron las inquietudes sobre los riesgos de entrar en contacto con el virus en una nota del New York Times.
Los expertos coinciden en que no hay necesidad de cambiarnos ropa o ducharnos al volver a casa, pero sí tenemos que lavarnos las manos.
Si bien el estornudo o la tos de un infectado pueden expulsar al aire microgotas virales y partículas aún más pequeñas, llamadas aerosoles, la mayoría caen al piso.
Hay estudios que muestran que algunos aerosoles pueden quedar flotando en el aire hasta media hora, pero no es como un enjambre de mosquitos y difícilmente tomen contacto con nuestra ropa.
"Una microgota tan pequeña como para quedar flotando en el aire difícilmente se deposite en la ropa, por simple efecto de las leyes de la física", dice Linsey Marr, científico del Instituto Tecnológico de Virginia, citada por el diario estadounidense The New York Times.
Si uno fue al supermercado y alguien le estornudó encima, probablemente lo mejor sea volver a casa, sacarse la ropa y bañarse. Pero el resto de las veces, podemos confiar en que al movernos despacio empujamos el aire y alejamos las partículas virales de nuestra ropa.
Si cumplimos con el distanciamiento social, no debe preocuparnos la contaminación del cabello o la barba . Incluso si alguien te estornudó en la nuca, cualquier gota que haya caído en nuestro pelo muy difícilmente sea fuente de contagio.
"Hay que imaginar el proceso que tiene que darse para que alguien se contagie", dice Andrew Janowski, docente de infectología pediátrica de la Escuela de Medicina del Hospital de Niños de St. Louis. "La carga viral de ese estornudo tendría que ser alta, y tendrían que caernos encima muchas gotas", afirmó, citado por el mismo medio.
"A continuación, tendríamos que tocar justo esa parte del pelo o la ropa donde cayeron gotitas, donde a esa altura ya se ha producido una disminución significativa de partículas virales, y después tocarte alguna parte de la cara para que ingresara al cuerpo", dice Janowski. "Cuando pensamos el encadenamiento de hechos que tiene que darse, ese riesgo es muy bajo".
El lavado de ropa normal puede hacerse como de costumbre, sin ningún cuidado especial. Hay otros tipos de virus, como los norovirus, que son difíciles de limpiar, pero el nuevo coronavirus, al igual que el virus de la gripe, está rodeado de una membrana de grasa que lo hace vulnerable al jabón. El jabón de lavar habitual y el secado de la ropa son más que suficientes para eliminar el virus, suponiendo que estuviera en esa ropa.
El riesgo de contagiarse por manipular papeles o paquetes es extremadamente bajo, y a esta altura, solo hipotético: no existe un solo caso documentado de alguien que se haya enfermado por abrir un paquete o leer el diario. Pero eso no implica que no haya que tomar precauciones. Tras manipular el correo, descarte los sobres y lávese las manos, lo mismo que después de leer el diario.
Los zapatos pueden alojar bacterias y virus, pero eso no significa que sean fuente usual de contagio. Un estudio de 2008 encargado por Rockport Shoes reveló que en la suela de nuestro calzado viaja de todo, incluida materia fecal.
Un reciente estudio de China reveló que en los zapatos de la mitad del personal de la salud había rastros de coronavirus. No debe sorprender, ya que están en contacto con pacientes infectados.
Algunas personas deciden limpiar la suela con una toallita desinfectante. Eso no es recomendable, ya que podemos estar transportando al resto del zapato o incluso a nuestras manos lo que estaba en la suela, y además gastar una de esas toallitas.
Tal vez lo mejor sea no pensar tanto en la amenaza que acecha en los zapatos, o tener una conversación familiar sobre la conveniencia de tener un "interior descalzo", un hogar libre de zapatos.
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