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Alberto Fernández analiza extender la cuarentena más allá del 23 de abril
Cualquier decisión que tome el presidente, a estas alturas, se puede inferir que nada tendrá que ver con una flexibilización del aislamiento social.
Algunas imágenes que se veron en la última semana, como la de los jubilados en los bancos o el intenso movimiento en centros urbanos y rutas, dinamitaron cualquier posibilidad de relajación en la cuarentena.
Fernández pasa horas con un monitor encendido en Olivos monitoreando la evolución de la pandemia en Argentina.
La decisión de extender el aislamiento social hasta el 3 de mayo dependerá de el devenir de algunos factores a tener en cuenta:
1. El número de testeados, contagiados y muertos por el coronavirus.
2. El número de camas destinadas a terapia intensiva.
3. El número de respiradores entregados.
4. El número de reactivos PCR
5. La cantidad de insumos (Alcohol en gel y barbijos, por ejemplo) que tengan la administración central, la provincia de Buenos Aires y la Capital Federal.
6. El comportamiento social medido a través del sistema de georeferencia.
El gran temor de la comunidad científica, que incluso se lo han hecho saber al presdente, sería levantar la cuarentena a fines del mes de abril y que se produzca una catástrofe.
Todas las señales, desde Olivos, apuntan hasta mayo, sin dejar de lado el impacto económico que esto traerá aparejado, especialmente en las pequeñas y medianas empresas y en los asalariados.
El jefe de estado continúa con su obsesión de cuidar la salud en primer lugar para que una vez que esto pase, ir recuperando terreno en materia económica.
