En una acción histórica en Rosario, el gobierno provincial entregó un inmueble incautado en una causa de narcotráfico a la asociación civil Madres Territoriales, que se dedica a la rehabilitación de personas con consumos problemáticos. El espacio, ubicado en la zona de Nicaragua y Pitágoras, en Villa Fanta, fue anteriormente un búnker donde operaba una familia narco y ahora se convierte en un lugar de esperanza.
El proyecto, liderado por el Ministerio de Gobierno e Innovación Pública a través de la Agencia Provincial de Registro, Administración y Destino de Bienes y Derechos Patrimoniales (Aprad), tiene como objetivo debilitar las economías delictivas al decomisar bienes vinculados al crimen organizado y devolverlos a la sociedad con fines positivos.
Recuperación del espacio
El inmueble fue refaccionado y equipado por la provincia utilizando fondos obtenidos de la subasta de bienes decomisados a organizaciones delictivas. Ahora cuenta con 15 plazas de alojamiento y espacios para talleres, donde las personas con problemas de consumo podrán recibir apoyo y acompañamiento en su camino hacia la recuperación.
Matías Figueroa Escauriza, secretario de Gestión de Registros Provinciales, destacó el impacto de estas acciones:
"Cuando asumimos, encontramos muchas propiedades de bandas narco que el Estado no había tomado. Gracias a la decisión política del gobernador Maximiliano Pullaro, logramos recuperar esta casa y otras 15 propiedades. Algunos bienes serán subastados, y otros, como este, se destinan a fines sociales. Es la primera vez en Argentina que una propiedad vinculada al narcotráfico se transforma en un espacio para la rehabilitación de las principales víctimas de este flagelo: los jóvenes".
Un espacio para reconstruir vidas
El centro será gestionado por la asociación Madres Territoriales, con el respaldo de la Agencia de Prevención del Consumo de Drogas y Tratamiento Integral de las Adicciones (Aprecod). Según su secretario, Luciano Sciarra, este lugar simboliza una nueva etapa:
"Donde antes operaba el narcotráfico, ahora habrá un espacio de acompañamiento para quienes luchan contra las adicciones. Es un paso importante para cambiar la narrativa en los barrios más afectados".
Betina Zubeldía, presidenta de Madres Territoriales, explicó que el centro funcionará como una "casa de medio camino", un lugar transitorio para personas en recuperación:
"Aquí, el adicto puede empezar a descubrir quién es realmente, alejándose de los estigmas y recuperando su identidad. Cuando llegamos, la casa estaba amurada, con ventanas bloqueadas por ladrillos, completamente aislada. Ahora será un lugar de encuentro y transformación".
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