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El papa Francisco pidió perdonar deudas y que se "relajen" sanciones a los países afectados por el coronavirus
El papa Francisco solicitó este domingo al mundo una condonación de la deuda a los países pobres y que se relaciona las restricciones internacionales contra las naciones más afectadas por el coronavirus, recitado desde el Vaticano su bendición de Pascua.
Al finalizar una Semana Santa marcada por las restricciones debidas a la pandemia de coronavirus , el pontífice dedicó su bendición " Urbi et Orb i" (una Roma y el mundo) y "los que han sido afectados directamente por el coronavirus".
En ese marco, en una Basílica de San Pedro vacía, rezó especialmente para que haya "esperanza a quienes aún están atrayendo la prueba, especialmente a los ancianos y las personas que están solas".

En su mensaje, el Sumo Pontífice grabó a quienes viven "un tiempo de preocupación por el futuro que se presenta incierto, por el trabajo que corrige el riesgo de muerte y por los demás consecuencias que la crisis actual trae consigo".
"Animo a quienes tienen las políticas necesarias para trabajar activamente en favor del bien común de los ciudadanos, los medios y los instrumentos necesarios para permitir que todos puedan tener una vida digna y favorecer, cuando las circunstancias lo requieran, la reanudación de los habituales actividades cotidianas ", reclamó en esa dirección
Antes de hacer el tradicional pedido de paz por los conflictos actuales en el mundo, entre ellos Venezuela, Yemen, Siria e Irak, el Papa aprovechó para dirigirse de manera directa a la comunidad internacional.

"Considerando las circunstancias", solicitando que "se relajen además de las limitaciones internacionales de los países afectados, les impiden ofrecer a los propios ciudadanos una ayuda adecuada, y se enfrentan por parte de todos los países las grandes necesidades del momento, reduciendo, o incluso condonando, la deuda que pesa en los presupuestos de esos más pobres ".
Así, reclamó también que los "hermanos y hermanas más debiles, que habitan en las ciudades y periferias de cada rincón del mundo, no se sientan solos".
"Procuremos que no les falten los bienes de primera necesidad, más difíciles de conseguir ahora cuando muchos negocios están cerrados, como tampoco los medicamentos y, sobre todo, la posibilidad de una asistencia médica adecuada", indicaron.

"Que la crisis que estamos enfrentando no nos haga dejar de lado a tantas otras situaciones de emergencia que llevan el sufrimiento de muchas personas", agregó luego, antes de renovar su pedido para el comercio de armas y para la protección de " los migrantes y los refugiados muchos de ellos son niños, que viven en condiciones insoportables ", enfatizó Jorge Bergoglio.
Antes de su mensaje, el Papa celebró la misa de Pascua en la Basílica de San Pedro, acompañado por unos pocos diáconos, el coro del lugar y los dos símbolos a los que les confió el fin de la pandemia: la Virgen Salus Populi Romani y El crucifijo que según la tradición católica salvó a Roma de la peste en el siglo XVI.
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