Los Cuentos del Chiribitil, narrados por docentes de los Jardines Municipales

La Municipalidad continúa generando nuevas formas para estar cerca de las niñas y niños que permanecen en sus casas, cumpliendo con las medidas para prevenir el coronavirus. A partir de este jueves, pondrá online el primer audio cuento de la serie “Vos con voz”, narrada integramente por las docentes de los Jardines Municipales, a la que se podrá acceder en la página web de Santa Fe Capital y en sus redes sociales (ver video). 

Los textos elegidos pertenecen a “Los Cuentos del Chiribitil”, que editó a fines de la década de 1970 el Centro Editor de América Latina (CEAL); y que a partir de un rescate integral de textos e ilustraciones que realizó Eudeba, volvieron a editarse en 2014. El comité de la editorial de la Universidad de Buenos Aires autorizó a la Municipalidad de Santa Fe para producir los audio cuento, que en su primera entrega reproduce “Los  Zapatos Voladores”, en la voz de Silvia Juan, docente del Jardín Municipal Pro Mejoras Barranquitas. El texto fue escrito por la autora Margarita Belgrano y las ilustraciones llevaban la firma de Chacha.

Tiempo de cuentos contados

La fecha en la que se difunde esta primera entrega de la serie es el 23 de abril, en  coincidencia con el Día Internacional del Libro y del Derecho de Autor, promovido por la

UNESCO. Esta producción forma parte además de las acciones del programa “Familia, Jardín y Barrio” que en el contexto de la pandemia adecúa su estrategia pedagógico- cultural para acompañar a los niños y niñas de los 17 jardines del Sistema Municipal de Educación Inicial, ofreciendo contenidos desarrollados en su mayoría para plataformas digitales.

La oralidad, recuerda la subsecretaria de Gestión Cultural y Educativa, Huaira Basaber, es la primera forma en la que existen las historias. Y es esa la manera que se eligió para llegar a las casas de las familias donde quizás hay niños y niñas de diferentes edades, que pueden compartir las historias relatadas por las docentes. “La idea es llegar a la lectura desde el placer y no desde el deber. Por eso, en este momento, en que hay tiempo de estar en casa y escucharnos más, podemos regalarnos cuentos contados”, señaló.

Llegará en algún tiempo la posibilidad de que las maestras puedan contar esas historias en las aulas, con el libro en papel en la mano, pero mientras tanto se las podrá disfrutar en dispositivos digitales.

En ese sentido, la funcionaria contó que “elegimos estos cuentos por su potencia literaria y la belleza artesanal de sus ilustraciones, que coinciden con la naturaleza de las infancias”.

Además, destacó la generosidad de Eudeba, en particular de la impulsora del rescate editorial de Los Cuentos del Chiribitil y editora, Violeta Canggianelli, ya que con ese gesto hacen posible seguir difundiendo “autores e ilustradores que generosamente han acompañado nuestras infancias y pueden seguir haciéndolo con las nuevas generaciones”. Y valoró la alegría y el entusiasmo con el que las docentes de los Jardines se sumaron a este proyecto.

Rescate editorial

Los cuentos del Chiribitil se editaron a partir de 1977, en el sello que dirigía Boris Spivacow, recordado por su compromiso con la publicación de textos de calidad, para diferentes lectores que, como en el caso de los cuentos, se ponían al alcance de un público masivo ya que se distribuían a un precio accesible. 

Luego de 37 años, Eudeba rindió homenaje a aquella colección que abrió un nuevo panorama para la literatura infantil, a los 50 títulos que formaron parte de ese proyecto, a sus dos directoras –Delia Pigretti y Graciela Montes–, al director del Departamento de Arte de la editorial, Oscar “el Negro” Díaz, a los 31 autores, a los 23 ilustradores y al valor que el Centro Editor de América Latina (CEAL) tuvo sobre todo en los años más oscuros de nuestro país.

Ese rescate cultural se realizó obteniendo el permiso de los autores e ilustradores, o de sus herederos, y permitieron reeditar 29 títulos, cuidados en su diseño y compaginación para que fueran lo más fiel posible a los originales.