Portada  |  01 diciembre 2019

"Me resucitaron hace 18 años y hoy estoy de pie, llevando el virus de HIV con respeto"

En el Día Internacional de la Acción Contra el Sida, Paola Zeballos, ex periodista, se anima a contar una historia de superación y fe. Su propia historia.

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Mi nombre es Paola Zeballos. En el año 2001 cuando me internaron ya que me sentía muy mal, me enteré que mi ex pareja me había contagiado HIV. Ingrese al Hospital Iturraspe de Santa Fe, muy enferma (tenía neumonía). Estuve varios meses internada, por momentos muy grave.

Cuando desperté en Terapia Intensiva, luego de un paro cardiorespiratorio, me di cuenta que había llegado el momento de elegir entre quedarme ahí y esperar el final, o elegir vivir, enfrentar todo y lo principal: no ocultar mi enfermedad.

En el Hospital, me sentía como si fuera la única paciente, todos pendientes de mí. Mi doctora, Laura Trosch, me enseñó a convivir con el virus, a respetarlo y a no tenerle miedo. También les enseñaron a mi mamá y a mi hermano todo lo referido a esta enfermedad.

Varios meses me llevó volver a mi trabajo, pero lo hice. Volví a mi lugar, a lo que en ese momento me gustaba hacer. Me sentía plena, estaba rodeada de mis compañeros de trabajo, esos compañeros de trabajo que estuvieron día a día al lado mío. No sólo era compañeros, eran y son amigos.

A mediados de 2003 los resultados de Carga Viral (es el análisis que indica la cantidad de virus que tiene una persona afectada) me comenzó a dar indetectable, todo gracias a la medicación. Hasta el día de hoy continúa así.

Cuando salí de estar internada tomaba muchísimas, pero muchísimas pastillas por día, y hoy sólo tomo una. 

Desde que me enteré de la enfermedad se me puso en la cabeza que iba a ser la “tía solterona”, pero a fines de 2004 conocí a una persona maravillosa, lo mejor que me pasó en la vida: un hombre con todas las letras, que a pesar de mi enfermedad y la diferencia de edad (es 8 años más chico que yo), decidió quedarse al lado mío. Matías Valenzuela (de él se trata), es una persona sana y se realiza los controles cada 6 meses. Me acompaña, me levanta cuando caigo, me sostiene cuando estoy a punto de caer, me hace feliz y por suerte dentro de poco tiempo, vamos a sellar esta unión que llevamos desde hace tantos años con unas hermosas alianzas.

Sufrí varias discriminaciones, pero ellas me hacen más fuerte. Una de las que más me afectó fue cuando me despidieron de mi trabajo, en el cual hacía 15 años que trabajaba, porque la obra social no me aceptaba. Eso fue a fines de 2009. Me costó muchísimo conseguir trabajo. Gracias a mi pensamiento de contar siempre sobre mi enfermedad, es que mi doctora me convocó para dar unas charlas para los empleados de otra obra social. Y ahí, después de las charlas, decidí acercarme y pedir trabajo. En mayo de 2012 me tomaron como empleada. Otra vez volvía a sentirme útil, volvía a ser yo.

Mi gran sueño era tener hijos y obviamente el de Matías, también. Hoy en día por mi enfermedad no sería ningún impedimento, pero al tener varias operaciones ginecológicas, la única posibilidad era realizar una ovodonación. En 2013 emprendimos ese sueño, siempre con el pensamiento de saber que íbamos hasta donde podíamos, que aunque no llegáramos a un lindo final siempre íbamos a saber que lo intentamos. Y luego de viajes a Rosario, Buenos Aires, de una nueva operación por quistes endometriósicos, cuando ya estábamos ahí, cuando había comenzado a tomar la medicación para realizar el tratamiento, me salieron nuevos quistes. Conclusión: me tuve que volver a operar y se bajó la persiana para el tratamiento… Al principio me invadió mucha tristeza, pero bueno, teníamos que continuar y así lo hicimos.

El 3 de diciembre de 2014 nos casamos por civil y el 6 del mismo mes por Iglesia. Continuamos inscriptos en RUAGA para adoptar pero hoy en día mi familia se conforma con Matías, Simón, Ema y Milo, mis tres hijitos perrunos.

El  13 de abril de 2001 me resucitaron y hoy 18 años después, acá estoy de pie, llevando esta enfermedad con mucho respeto y tratando de dar testimonio en escuelas secundarias junto a mi doctora y al doctor Alejandro Crespo de lo que es el HIV y como es convivir con el virus.

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