La tercera jornada de la audiencia imputativa por extorsiones y ataques al dueño de la agencia de quinielas El Califa tuvo un hecho de extrema gravedad institucional. A la hora de argumentar por qué los sospechosos deben quedar en prisión preventiva, el fiscal Pablo Socca expuso una serie de conversaciones de Whatsapp comprometedoras entre su colega Matías Edery –a quien este martes por la noche le dejaron una nota amenazante tras una resonante balacera a una YPF llena de adolescentes– y Mariana Ortigala, fiscal y testigo de la causa contra Esteban Lindor Alvarado, respectivamente.
Anticipando que la investigación de los fiscales Socca y Miguel Moreno podría tener implicancias institucionales, desde el pasado lunes personal de la Auditoría General del Ministerio Público de la Acusación (MPA) hace un seguimiento de las audiencias.
No obstante, este miércoles, el fiscal Pablo Socca dijo que llegó la pericia del Xiaomi y pidió mostrar algunos de los chats, que sugieren un intercambio de información, algo lejano al rol de un informante.
En la pericia del teléfono en cuestión se encontraron conversaciones en las que Ortigala le envía a Edery una noticia de Rosario3 de 2021 referida a una balacera contra un comercio de Mendoza y Matienzo, que anteriormente fue propiedad de un joven condenado por narcotráfico y que después de dos ataques (2021 y 2022) pasaron a estar a nombre de Ortigala.
“La mujer le pregunta si el caso era suyo y pone ‘jajaja’. Después de recibir de respuesta un audio, ella responde que sabe que lo baleó un tal Flaco, que era su amigo y que le manejaba la plata a René (se presume, Ungaro). La causa por esa balacera la tuvo Federico Rébola y nunca se compartió la información. Ya que tanto se valora la información que esta mujer brindó, en este caso no llegó”, dijo Socca.
En otro de los chats entre Ortigala con el contacto agendado como “Mati Fiscalía”, el fiscal le comenta que “hace un año que Esteban (Alvarado) habla con Carmona, tenemos todas las escuchas”. Si bien se desconoce quién sería el nombrado Carmona, el fiscal Socca reparó en que el propio funcionario del MPA estaba compartiendo información de una causa penal en curso.
En otras conversaciones que exponen los contactos que tiene Ortigala, la mujer habla con un tal “Villalba en cana” –se presume un presunto narco detenido en barrio Gráfico con 12 kilos de cocaína–, y el recluso le cuenta que al día siguiente “iban a hacerse allanamientos por parte de la Agencia de Investigación Criminal”. “Ya sabe la gente del peruano”, le dijo ese contacto a la mujer.
Y en otro diálogo, entre Ortigala y una persona agendada como “Pikín Último Último”, la mujer recibe datos sobre allanamientos que estaban por hacerse en una causa por homicidio que tiene a su cargo la fiscal Gisela Paolicelli.
“Quien eligió ponerse en peligro fue Ortigala. Llegó a Fiscalía a declarar contra Alvarado porque se cambió de facción, no porque quiso dejar de delinquir. No es ningún ejemplo para el sistema, ni debería ser considerado útil. Mañana va a estar en otro lugar y declarará a favor de sus circunstanciales aliados. Es una aberración que haya sido una testigo protegida. Debió en todo caso ser incluida como arrepentida dentro de la estructura de Cantero. No nos olvidemos que en una de las asociaciones ilícitas se imputó vengar el atentado contra la señora Ortigala. La comunidad tiene que saber por qué se le va a dar prisión preventiva. Esto es de máxima gravedad”, enfatizó el fiscal Moreno.
Socca, más duro con la situación, expresó: “La colaboración a la Justicia no se puede pagar con impunidad”.
Comentarios