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Quedó preso un jefe policial de San Lorenzo por una extorsión por 100 mil pesos
Tengo escuchas que te comprometen. Si te querés ahorrar el problema de que eleve un informe a los fiscales para dejarte preso conseguí 100 mil pesos. Tenés hasta mañana a esta misma hora”. Ramón Alberto V. había sido mencionado en una causa de drogas pero nunca tuvo un antecedente por ese delito. Por eso cuando en su casa de San Lorenzo escuchó esa extorsión de parte de un hombre que llegó a su casa en persona y se presentó como policía el que decidió denunciar fue él. Llamó al 0800 del Ministerio de Seguridad para decir que un policía lo había amenazado para conseguirle plata. Al rato un fiscal tomó contacto con el denunciante y también la Agencia de Control Policial (ex Asuntos Internos). Le dijeron que pactara la entrega del dinero pero que le pidiera tiempo para conseguirlo.
Eso había sido el jueves pasado lo que llevó a que el extorsionador volviera al día siguiente. No pareció confiado porque, le decía al denunciante, había visto en la zona varios autos que le causaron mala espina. Ramón V. le pidió entonces unas horas más porque estaba juntando los billetes con unos amigos de Rosario. A la noche regresó una vez más dispuesto a cobrar. Ramón había recibido un sobre con billetes marcados y numeración anotada en un acta fiscal. Pero no llegó a dársela. Cuando el policía avanzaba por una línea de arbustos frente a la casa del denunciante pisó el cuerpo de una persona tirada en el piso. Era uno de los policías del operativo. Allí lo detuvieron por corrupción.
Se trata de un oficial de 42 años que desde hace tres meses es jefe de una de las dos brigadas operativas en San Lorenzo de la Agencia de Investigación Criminal (AIC). Se llama José Luis Marranghello, trabajó mucho tiempo en el Comando de Rosario y esta mañana fue imputado por varios delitos frente a un juez. El fiscal Maximiliano Nicosia lo acusó de tentativa de extorsión dado que no llegó a cobrar la plata, agravada por su condición de funcionario público. También le atribuyeron peculado, dado que se valió de recursos del Estado en su provecho, como utilizar una camioneta policial asignada y su combustible para sus funciones para cometer el chantaje.