La Fiscalía General de Santa Fe entregó este jueves al Senado provincial las imágenes que muestran cómo uno de los miembros de su cuerpo, Armando Traferri (PJ-San Lorenzo), sigue los pasos de los fiscales Luis Schiappa Pietra y Matías Edery a la salida de un acto de la Corte Suprema en los Tribunales de Rosario. Justamente, a los funcionarios judiciales que lo incomodan.
La dimensión institucional del hecho es mayúscula y sólo puede interpretarse como una situación grave: un senador provincial intercepta a un fiscal que investiga crimen organizado, vive amenazado tras llevar a juicios que terminaron en severas penas a los principales grupos criminales como Los Monos y Alvarado, y pretende citar al propio legislador a imputativa como jefe de una organización.
Esa causa, que estalló en 2020, ya tiene al menos a tres condenados -un policía, un ex fiscal y un empresario- y al ex jefe de fiscales Patricio Serjal rumbo a juicio oral. La evidencia que colectaron Schiappa Pietra y Edery les indica que el eslabón superior de esa banda es Armando Traferri pero lo único que evita que responda es su inmunidad de arresto y de proceso, un privilegio que en Argentina no tiene ni la vicepresidenta Cristina Kirchner, que fue sometida a juicio en la causa Vialidad.
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