Hace 26 años, Ayrton Senna ascendió a la categoría de leyenda

Parecía una escena sacada de una película. Una película que ningún amante del deporte habría querido ver. Aquel domingo 1 de mayo de 1994 el mundo entero perdió un icono único: Ayrton Senna da Silva, el brasileño que al comando de Fórmula 1 se había convertido en uno de los mejores deportistas de la tierra.

Fue en una salida de pista  por la curva Tamburello, en Ímola, cuando corría a 216 kilómetros por hora. Un capítulo negro de la historia de la categoría.

Aunque  Ayrton  solo llegó a acumular tres títulos (en 1988 ,  1990 y 1991), la impronta que dejó hace que muchos expertos piensen en él como el mejor de todos los tiempos. Sobre todo por los valores que transmitió mientras pudo –murió con solo 34 años– y que actuaban como un imán. Combinaba su descomunal talento con una gran ambición y un tremendo espíritu de sacrificio. Fue de los primeros pilotos en dar un paso más allá en la preparación física.

Su recuerdo permanece inalterable y para muchos, aquel 1 de mayo de 1994 se fue el mejor piloto que pudo dar la categoría.