El Conicet avala la ivermectina, pero pide la aprobación de un protocolo para su uso

Cuando se comprobó que la ivermectina atenuaba los efectos del coronavirus en aquellas personas que habían contraido la enfermedad, la venta del fármaco creció exponencialmente. De hecho, en la provincia de Santa Fe el incremento fue del 1160%, principalmente en el centro-norte. Para conocer más sobre este medicamento, Telefe Santa Fe dialogó con Adrián Lifschitz, investigador del Conicet Tandil.

"En realidad, nosotros empezamos a trabajar en abril en relación a la Ivermectina y el COVID. Con la ivermectina venimos trabajando hace 25 años. Hay que decir que la ivermectina es un fármaco aprobado para su uso en animales, también aprobado en personas con indicación como antiparasitario. A partir de una información científica, donde podría tener un efecto antiviral contra el virus que ocasiona COVID 19, se empezaron a realizar diferentes trabajos. En nuestro estudio particular, que se hizo en personas afectadas por COVID, se observó un descenso de carga viral en los pacientes que habían recibido un esquema de tratamiento con ivermectina", comenzó diciendo Lifschitz. 

Además, explicó: "nuestro estudio y la mayor parte de la información que está circulando se ha hecho con un efecto que se llama terapéutico: pacientes que han contraido la enfermedad reciben un tratamiento y, lo que hace, es que la infección pase de manera más leve sin llegar a tener que el paciente termine en la fase pulmonar, que es lo que se agrava y produce internaciones y algunos pacientes terminan en terapia intensiva. Ayuda a disminuir la replicación viral y eso ayudaría al mismo organismo a que la infección pase de manera más leve. Esto no habilita a que todo el mundo salga corriendo a la farmacia a comprar ivermectina".

También, contó que los estudios se realizaron en pacientes que habían contraido coronavirus. "Nuestra mayor experiencia es con personas que están cursando la enfermedad. De nuestros resultados, observamos que cuando el tratamiento se empieza en los estadios más tempranos de la enfermedad, el efecto positivo sería mayor".

"Este es un fármaco de venta de bajo receta, de ninguna manera estimulamos la automedicación. La información circula y todos conocemos alguna persona que se ha informado, que ha ido a comprar el fármaco y ha tomado. Lo ideal sería tener un protocolo unificado que esté disponible para colegas médicos y que pueden utilizarlo con una base científica que lo respalde", añadió Lifschitz.

Acerca de la posibilidad de que revista efectos laterales en quienes lo consuman, prácticamente desestimó la chance. "Es un fármaco que se usa hace 40 años en animales y humanos: la seguridad del fármaco está aprobada. Se califica de alto índice terapéutico, es decir que tiene pocos efectos colaterales. Siempre alguno puede dar, pero son casos minoritarios y son leves. Se considera un fármaco seguro".

Sobre si es compatible con la vacuna, señaló que "son estrategias diferentes. Ante una enfermedad como esta, la herramienta ideal va a ser la vacuna. Pero también tengamos en cuenta que recién está llegando: poder lograr que un alto nivel de la población esté inmunizada, va a llevar tiempo. Tener herramientas alternativas puede ser útil, especialmente para los casos que estamos teniendo ahora. Y que los médicos podrían, teniendo un protocolo aprobado, usarlo de acuerdo a su criterio".

"La conclusión es que el efecto es positivo. Se debería avanzar en el estudio de algún esquema posológico aprobado para que los médicos lo tengan al alcance", cerró Lifschitz.

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