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Enfermeros al borde del born-out o "cabeza quemada": la radiografía de Santa Fe
Una encuesta a unos 900 enfermeros y enfermeras de Santa Fe viste que los profesionales tienen predisposición a sufrir el síndrome de burnout. Así lo revela un estudio encabezado por la doctora en Psicología y en Neurociencias, Ana Kelleyian, a pedido del Colegio que los nuclea.
“La investigación comenzó antes de la pandemia viendo si había algún rango de estrés. Cuando empezamos a ver que el estrés era extremo, la investigación se empezó a hacer con un inventario internacional para medir el nacido fuera, es decir el estrés incapacitante ”, descrito Kelleyian.
Luego agregaron otros elementos, como la carga horaria, si es hombre o mujer, si trabaja en público o privado, si trabaja en varios lugares, lo que provoca el "desgaste físico y emocional".
Ese es el principal argumento de los enfermeros que solicitan que se reglamente el artículo 25 de la Ley 12501 que determina que se trata de una profesión de “alto riesgo”, porque “es imposible pensar que una persona que sale de su casa todos los días y se enfrenta a esta enfermedad y al Covid, lo que le trae muchas consecuencias en su vida laboral y familiar ”, sostuvo el especialista.
En cuanto a los síntomas, “ la persona tiene una fatiga hasta por compasión, trabaja por inercia, se desmoraliza y trabaja hasta que queda fuera del sistema. Hasta que está “quemado” y ya no puede volver. Los más afectados ahora son los enfermeros y verdaderamente es gravísimo ”.
Para evitar el "desgaste por empatía" no alcanza con unos días de descanso o vacaciones. Por tratarse de una patología, “volver es casi imposible”, advirtió.
Las consecuencias son también para la vida personal de los enfermeros. “Es como un fósforo la cabeza quemada, todos los que están alrededor sufren las consecuencias”, concluyó Kelleyian.
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